Un laberinto de callejones, aquí se descubre la vida de la isla más allá de los hoteles de lujo y las playas paradisíacas. Su cruda historia -en algún momento gloriosa producto del comercio de especias y marfil, pasando a convertirse en el mayor centro de tráfico de esclavos de África- queda en evidencia en sus calles, con la gran mezcla de influencias que se manifiestan en sus deterioradas fachadas y construcciones, pero sobre todo en sus destacadas puertas talladas, hay más de 500, y en sus detalles se pueden ver los periodos de influencia india, árabe e incluso europea.